Graham O'Donell · @OdonellGraham
24th Feb 2016 from TwitLonger
Ficha Graham O'Donell
James O'Donell y Katherine Evans, se conocieron en una entrevista destinada a la sección de economía del New York Times. Él era un hombre distinguido, director de su propia empresa de Marketing Digital a la que nombró "ROADNET" y ella la periodista que lo entrevistaba. Fue entonces cuando saltó la chispa del amor. Formaban una enternecedora pareja y a los pocos meses de conocerse , contrajeron matrimonio.
Tres años después de casarse y tras varios intentos, Katherine concibió al que sería el primero de dos hijos, Graham. Pero sus corazones eran demasiado grandes como para albergar únicamente a un pequeño, de modo que decidieron tener otro, Neal. Crecieron juntos, en un ambiente cálido y siempre con toda la atención de su madre, quien dejó el trabajo para poder volcarse de lleno en sus hijos, ya que su marido trabajaba demasiadas horas, saliendo temprano por la mañana y llegando a altas horas de la noche.
Nunca tuvieron carencia de cariño por parte de ninguno de sus padres, sino más bien todo lo contrario.
Cuando los hermanos crecieron, su padre en seguida les instó a involucrarse en el mundo de los negocios, inculcándoles la importancia de aquella empresa y los conocimientos que necesitarían en un futuro, incluso en más de una ocasión lo acompañaban al trabajo, siendo ya conocidos por todos los empleados de ROADNET y tratados con el respeto que James exigía.
Al alcanzar las edades de catorce y quince años, un día de lluvia sonó el teléfono. Fue Graham quien contestó a la voz masculina que había al otro lado de la línea; "ha habido un accidente" fueron palabras suficientes para saber que la vida de los dos hermanos cambiaría de forma radical y que sería él quien debería asumir la responsabilidad.
Algo se activó en él tras aquella llamada, una actitud de madurez que todavía no le tocaba adoptar por su corta edad, pero que, dadas las circunstancias fue algo que no tuvo oportunidad de elegir. No permitió que su hermano reconociera los cuerpos de sus padres, no le haría pasar por aquel trauma siendo tan pequeño y, aunque aquello le costó meses de pesadillas, una coraza de rectitud fue cubriendo su cuerpo.
Unos días después del funeral comenzó a formarse de forma particular, en casa y con un tutor para así no alejarse de Neal, y, al año siguiente ya lideraba de nuevo la empresa de su padre con la ayuda de asesores que habían servido al antiguo y difunto director.
No crecieron solos, pues tenían chófer y servicio de limpieza que a menudo deambulaba por la casa y cuidaban, en mayor o menor medida, de ellos.
Los años pasaronm Graham nombró a su hermano vicepresidente y la empresa de marketing digital ROADNET cobró un gran prestigio en el mundo de las multinacionales, no sólo por lo brillante que era su trabajo, sino por la publicidad que dio la muerte de la feliz pareja.
Años después, Graham conoció a una mujer, la más preciosa y soñadora que había visto nunca. Tenía ya los veinticuatro años cuando la vio por primera vez y al igual que sucedió con sus padres, fue un flechazo total e irremediable. Tanto Neal, como ella formaban parte de ese pilar que sostenía su vida, ellos impedían que flaqueara o titubeara a la hora de tomar una decisión y siempre pedía su consejo.
Pero, una vez más, la suerte no estaba de su parte y la vida no había terminado de ponerle a prueba. Dos años después de aquel fortuito encuentro, ella falleció debido a una mala caída yendo en bicicleta lo que puso punto y final de aquella relación. Perdido por primera vez en la vida después de la muerte de sus padres, se sumió en una profunda depresión que ahogaba en el trabajo y por un tiempo en el alcohol. Encontró el apoyo en la única persona que quedaba a su lado, en toda la familia que tenía, su hermano; pero aquella coraza de años atrás, se hizo un poco más gruesa, convirtiéndolo por fin, en un hombre.
Ahora, es un hombre de veintiocho años, recto y responsable, vive con su Neal en un loft del Upper East Side y se vuelca casi por completo en su trabajo, el deporte y en su hermano, con quien no puede evitar ser muy sobreprotector debido a su experiencia en la vida.